El Miércoles de Ceniza es una celebración cristiana incluida en el calendario litúrgico, que da inicio al periodo de Cuaresma, tiempo de preparación para la Semana Santa y la Pascua de Resurrección. No tiene una fecha establecida en el calendario gregoriano, por lo que cada año se fijan 40 días antes del inicio de la primavera en el hemisferio norte.
La Cuaresma es un periodo de preparación a la Pascua que inicia el Miércoles de Ceniza y termina el Jueves Santo con la celebración del Triduo Pascual. Son en total 43 días donde se realizan ayunos, reflexión y constante oración por parte de los cristianos; representan los 40 días que Jesús ayunó en el desierto donde estuvo rodeado de tentaciones por parte de Satanás. La Cuaresma incluye seis semanas durante las cuales la iglesia realiza los actos litúrgicos en medio de profundo recogimiento y respeto, en las ceremonias no se utiliza el canto de Gloria ni el Aleluya, no se adorna con flores y el clero usa túnicas de color morado. Cada viernes de Cuaresma, se hace un ayuno por parte de los fieles que consiste en no consumir proteína de origen animal. También, y como preparación a la semana de pasión, este mismo día se conmemora el santo viacrucis dentro del templo, recordando el camino de Jesús hacia el calvario.
Los principales actos litúrgicos de este día son la Santa Misa y la imposición de la ceniza a los fieles. Para esto, los ramos que fueron utilizados durante el Domingo de Ramos del año anterior son quemados en medio de un ritual y son guardados secretamente para ser usados este día.
La imposición de la ceniza se realiza en la frente de los fieles por parte del sacerdote, simbolizando la señal de la cruz, mientras pronuncia las siguientes frases que son profecías tomadas de las Sagradas Escrituras: “Acordaos que polvo eres y en polvo te has de convertir…conviértete y cree en el evangelio” Esta ceniza representa penitencia, duelo y muerte. Es la manera de recordar por parte de los cristianos que se ha nacido del polvo de la tierra y a la tierra se ha de volver. Representa también que el ser humano es pecador y que este periodo de Cuaresma que inicia es la oportunidad para el arrepentimiento. Es tradición que los fieles dejen la marca de la cruz en su frente hasta que se seque y no sea lavada hasta que desaparezca completamente.
También durante este día se realiza un ayuno por parte de los cristianos que consiste en no consumir carne de animal sacrificado. Otros ayunan comiendo solo agua y pan, que fueron los únicos alimentos de Jesús en el desierto.